redactorjosé lópez





miércoles, 2 de febrero de 2011

una vida de fierros

Antonio Hessel está inmerso en el mundillo de los motores desde 1992 cuando se recibiera en la facultad. Primero había sido una dedicación tiempo mediante hasta que pudo exponer su servicio al medio, exclusivamente. Su tío Don Juan Alesso podría haber sido su inspirador aunque lo conoció cuando era niño. “No se si puedo decir que me transmitió su inquietud pero siempre he sentido energía propia, ya que mi familia no se dedicó a esto, y a través de él me he proyectado en este ambiente que me gusta tanto, creo que el lazo, más que sanguíneo, ha sido espiritual”.

Hablando del medio local, Antonio dijo que es una constante que se repite, que aquellos que se han dedicado a correr fueron motivados por su propia pasión, ya que es un deporte que necesita mucha energía y solo se manifiesta a quienes les gusta. Por otra lado quienes han sido traídos por amigos, se han involucrado como espectadores pero sin participar. Asegura que el deporte motor siempre ha tenido altibajos por la cuestión económica global del país en su momento, y hoy cree que a nivel zonal se puede llegar a costear un vehículo competitivo y que habrá mucha gente que correrá dependiendo de su pasión y entusiasmo.

”Yo transformé mi pasión en trabajo y opino por lo que siento”, se definió, ya que a su “metié”, encarado como algo meramente comercial, le estaría faltando algo. Una cosa motiva la otra, lo espiritual, lo laboral y la recreación. Corrió en el karting 55 un par de años congeniando su campaña con el trabajo y anduvo junto a los grandes de la zona, Claudo Pfening y Miguel Meyer, pero luego debió optar y eligió trabajar en la especialidad. LOS CHICOS: Preguntado sobre los pibes que llegan al karting dijo que es muy difícil que surjan muchos niños, porque además de las ganas de ellos tiene que estar lo de la familia, pues se involucra todo. Se necesita una erogación mínima y aparte de lo deportivo se conjuga lo emocional que es un fundamento básico. ELLOS AÚN JUEGAN: “Los niños viven un momento muy especial, expresó Hessel, porque cuando les toca competir y se colocan la indumentaria deportiva, cada uno lo vive para sí mismo y en la pista tratarán de hacer lo que mejor les salga. Al finalizar la carrera se juntan y uno los ve jugar con una soltura y descreimiento total, a minutos de bajarse del karting, así que lo veo maravilloso”.

En su carrera, Antonio tuvo la suerte de iniciar a muchos chicos y con cada uno lo ha vivido con total emoción y alegría viendolos progresar en lo deportivo y humano. Hablamos del ambiente de un taller, marco propicio para la “causa fierrera”, donde se juntan amigos y se comparte más allá del equipo, con la familia, allegados y gente que hace suyo, sentires muy especiales. “Momentos así alimentan las ganas que tienen los competidores y su gente. En lo personal, estoy iniciando un nuevo año, preparando la faz técnica y gracias a Dios tenemos mucho trabajo asistiendo a pilotos zonales, especialmente del karting, que tendrán nuestro servicio brindado con lo mejor que tenemos”. (José López)

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